Volviendo a las raíces. Back to the roots. Zurück zu den Wurzeln.





O: la transformación de verde a blanco.
El último fin tenía la posibilidad de hacer algo que ya hace mucho quería hacer (otra vez): ordeñar una vaca y aprender como se hace el queso fresco que acá en Costa Rica es muy popular – para eso visitamos la parte del país que es la más famosa para sus quesos. Esa oportunidad surgió de una de las últimas caminatas que hice con mi amiga Ligia (para recordar la conexión de aquella experiencia con esta nueva, puedan visitar aquí: Tapantí ): allá de casualidad nos encontró una familia de Turrialba y nos “dio un ride”, como se dice acá,  porque lo que quedó para nosotras de caminar si era un poco lejos. 


Durante el viaje juntos nos hablaron de su finca en Guayabo de Turrialba y que a veces ofrecen a turistas una forma de tour con ellos para conocer la vida de una finca, para aprender ordeñar y hacer queso fresco. Como yo estoy muy emocionada con casi todo lo que tiene que ver con fincas y animales, me parecía una oportunidad maravillosa – tal vez otro encuentro que tenía su razón y tenía que acontecer en algún momento. Como mi amiga crecía más en un ambiente de ciudad ella también tenía mucho interés de vivir esa experiencia conmigo. 




"La VILLA DE LUZ"
El sábado ya nos fuimos de camino muy temprano como es una región del país que queda arriba en las montañas de Cartago, cerca del volcán Turrialba (que, como aprendí el sábado, en realidad se llama “Torre alba”) que es solamente poco accesible con los transportes públicos. Después del viaje largo que nos dejó en Santa Cruz, nos esperaba Don Sergio para llevarnos la última parte hasta Guayabo. En Guayabo ya nos esperó Doña Cristina y su hijo menor Alonso con un desayuno fantástico: el típico “Gallo Pinto” con otras delicias que hizo ella casero.   






Después del desayuno nos enseñaron la finca: hay un jardín lleno de flores y orquídeas, una huerta llena de vegetables, árboles de frutas y banano; ya un paraíso en si. Detrás de la huerta tienen unas gallinas, una cabra, unas ovejas (¡como alguna gente ya sabe, amo las ovejas!) y un tornero, más detrás las vacas. Al mediodía – después de espontáneamente meterme en el río frío detrás de la propiedad – vino la parte que ya esperé hace mucho: me enseñaron como ordeñar las vacas. Antes de ordeñarlas, ellas reciben un poco de comida adicional para calmarlas y las limpiamos para no ensuciar la leche. Con la leche fresca nos fuimos a la parte de la casa en que todo está preparado para hacer el queso que siempre hacen directamente después del ordeñar: dos veces al día entonces. 


Para hacer queso la leche está filtrado una vez y calentado un poco. Con la mezcla de cuajo, que hoy en día normalmente está producido en un proceso artificial, las partes liquidas y duras de la leche se separan en unos pocos minutos y sigue el proceso de ponerlo en forma; estuvo riquísimo tener todas las sensaciones de las etapas diferentes que hay entre la leche fresca hasta el producto final del queso. No sabía que es un proceso tan rápido, sin embargo, me fascinó el proceso artesanal, producir algo con sus propias manos sabiendo y entendiendo todo lo que pasa durante el proceso, que en muchas partes de nuestras sociedades que buscan la eficiencia más alta, ya parece casi olvidado. Otra vez estoy demasiada agradecida por un día lleno de felizidad, amistad y aprendizaje.



Para finalizar el día con ellos, almorzamos juntos más de las delicias que preparó Doña Cristina para nosotros: muchas de las cosas, como el brócoli y por supuesto el queso, de la propia finca. Aquel día probé por primera vez "Chicharrones de Queso", un postre delicioso y muy famoso en la región de Turrialba que tal vez a los gustos de mucha gente al principio suena un poco raro: una mezcla de queso fresco (que no es salado), cocinado con caña de azúcar, canela y claves de olor. Los "Chicharrones me gustaron tanto que casi no pude dejar comiéndolos (tanto que ni pude tomar una foto). A todos nos dio muchísima risa, pero especialmente a Doña Cristina le encantó verme así, sabiendo que el postre le quedó demasiado rico.

Pero no solamente la comida fue una delicia que disfrutamos tanto como la experiencia en general, pero todo el día que podíamos compartir con una familia tan amable y especial; una familia que abrió sus puertas para nosotras y nos dieron la bienvenida como amigos que ya se conocen de siempre, que ya forman parte de la familia. Aunque podía contar mucho más de un día inolvidable y maravillosísimo creo que las imágenes – y mi risa que no podía quitar todo el día y que sigue iluminando mi cara siempre cuando estoy pensando en la experiencia lindísima – hablan por si mismas.

Para visitar la familia en la "Villa de Luz" se puede buscar la finca en Guayabo de Turrialba en Cartago, 500 metros al sur de la entrada al "Monumento Guayabo" en camino a Torito.










Or: the transformation from green to white.
The last weekend I had the possibility to do something I wanted to do (again) for a long time: milking a cow and learn how to make fresh cheese which here in Costa Rica is very popular – the region which we visited is the most famous for their cheeses. This opportunity basically found me by itself: during the last small hike I did with my friend Ligia we have gotten to know a family from Turrialba because they decided to give us a ride (to get the connection of these two events you can visit the story here: Tapantí ).





During the trip with them they told us about their recent project; that sometimes they take tourists on a form of tour to get to know the life in a typical small farm here, spending the day with the family and learning how to milk cows and make cheese from the fresh milk afterwards. Maybe this was yet another time I have gotten to know people for a reason. As my friend Ligia grew up in the surrounding more like a city, she directly was interested in accompanying me in this experience. 


"VILLA DE LUZ"
Saturday we left the city quite early in the morning as Guayabo in Turrialba is a region which you can find quite high and far in the mountains of Cartago, close to the volcano Turrialba (which, as I found out that day, originally is called “Torre alba”). The region is accessible by public transport, but it is quite complicated to arrive early; when we finally arrived to Santa Cruz, Don Sergio picked us up to take us for the last part of the trip. In the house Doña Cristina and her youngest son Alonso were already waiting for us with a delicious breakfast: the traditional “Gallo Pinto” and other homemade delicious dishes. 


After enjoying our breakfast, they showed us the farm: there is a garden full of flowers and orchids and a part full of vegetables, fruit trees and banana; already a paradise for itself. Behind the garden they have some sheep, a goat and a calf, behind you can find the pastures with the cows. After midday – and after quickly hopping into the ice-cold river behind the house – finally started the part which I had most happily expected: they showed us how to milk the cows. Before they are milked the receive a bit of extra food to calm down a bit and they are washed so that the milk is not contaminated. With the fresh milk we went to the part of the house which is prepared to elaborate the cheese which they always do directly after milking the cows: two times a day. 


To make cheese, the milk is filtered and heated up a bit. With the mix of rennet, which nowadays normally is made in an artificial process, the milk is separated in it’s fluid and solid parts and after just a few minutes which it sits with the rennet, follows the part of putting it into from. All the sensations in the process of how the milk changed into the final product, the cheese, felt amazing. Producing something with your own hands, knowing and understanding the whole process, fascinates me a lot. Although the process was quite quick, it fascinated me and I wished that there were more people producing things in this manner which seems to be forgotten more and more in our societies of efficiency.  


To finish the beautiful day with them we had lunch together and were able to try out some of the other delicious things Doña Cristina made, many of the ingredients, as the broccoli and the cheese of course, products of their own farm. But it was not only the delicious food and the great experience we enjoyed so much but the whole day with a great family like them. A family which welcomed us, opened their doors for us in a form they would open the doors for long-time friends or family. Although I could tell much more about this fantastic and unforgettable day, I think the pictures – and my smile which I could not turn off all day long and continues lighting up my face thinking in this experience – tell their very own story. Again, I am so thankful for a day full of happiness, friendship and learing new things.

To visit Doña Cristina and her family in their "Villa de Luz" you can look for them in Guayabo of Turrialba en Cartago, it is located 500 meters from the "Monument Guayabo" heading to Torito.










Oder: die Transformation von grün nach weiß.
Letztes Wochenende durfte ich, mal wieder, eine wunderbare Erfahrung machen, die ich schon seit langer Zeit (wieder) machen wollte: Kühe melken und lernen, wie man frischen Käse herstellt, der hier in Costa Rica sehr bekannt ist – dafür haben wir den Teil Costa Ricas besucht, der am berühmtesten für seinen Käse ist. Diese Gelegenheit hat sich während der letzten Wanderung ergeben, die ich mit meiner Freundin Ligia gemacht habe (um die Verbindung dazu zu verstehen, geht es hier zu der Geschichte: Tapantí ). Dort haben wir zufällig eine Familie aus Turrialba getroffen, die uns ein Stück des Weges mitgenommen hat. 


Auf dem Weg haben sie uns dann erzählt, dass sie ab und zu eine Art Tour für Touristen veranstalten, in denen sie ihnen zeigen wie es ist, auf einem kleinen Bauernhof zu leben, Kühe zu melken und zu lernen, Käse herzustellen. Da mich (fast) alles begeistert, das mit Tieren und Bauernhöfen zu tun hat, schien es mir eine wunderbare Möglichkeit – vielleicht wieder einmal eine Begegnung, die aus einem Grund stattgefunden hat. Da meine Freundin in einem eher städtischen Umfeld aufgewachsen ist fand auch sie die Idee direkt sehr spannend und hat beschlossen, mich zu begleiten.


Die "VILLA DE LUZ"
Am Samstag mussten wir schon früh aufbrechen, da Turrialba, genauer gesagt Guayabo, recht weit oben in den Bergen von Cartago liegt; in der Nähe des Vulkans Turrialba. Man kommt sogar mit Bussen an, jedoch dauert es recht lange, da sich die Wege durch die Berge und viele kleine Dörfer schlängeln und nur wenige am Tag unterwegs sind. Das letzte Stück hat uns Don Sergio mit dem Auto abgeholt und uns zum Bauernhof gebracht. Dort haben Doña Cristina und ihr jüngerer Sohn Alonso uns bereits mit einem leckeren typischen Frühstück erwartet. 


Nach dem gemeinsamen Frühstück haben sie uns dann den Bauernhof gezeigt; einen riesigen Garten voller Blumen und Orchideen, vielen verschiedenen Sorten Gemüse, Obstbäumen und Bananen. Hinter dem Haus gibt es Schafe, eine Ziege, ein Kalb und Hühner. Auf der Wiese noch etwas weiter hinten stehen die Kühe. Mittags, nachdem ich kurz in den kalten Fluss hinterm Haus gesprungen war – ging es endlich mit dem lang-ersehnten Melken los. Bevor die Kühe gemolken werden, bekommen sie etwas zusätzliches Futter um sich zu entspannen und werden geduscht, damit die Milch nicht verunreinigt wird. Mit der frischen Milch haben wir dann direkt im Anschluss Käse gemacht. 








Die Milch wird zunächst gefiltert und etwas erwärmt. Mit ein bisschen Lab, das heutzutage meist künstlich hergestellt wird, bleibt die Milch dann etwas stehen um sich in ihre festen und flüssigen Bestandteile aufzuteilen. Danach geht es dann direkt damit weiter, den Käse in Form zu bringen. Ein wunderbares Gefühl, mit den Händen den vollständigen Prozess von der Milch zum fertigen Käse spüren zu können. Ich wusste nicht, dass es so schnell geht, Käse herzustellen; trotzdem fasziniert mich der handwerkliche Prozess, etwas mit den eigenen Händen herzustellen und dadurch den Prozess zu spüren und zu verstehen. Die Qualität des Handwerks, dass in unseren Effizienz-orientierten Gesellschaften in großen Teilen vergessen scheint. 


Um den Tag mit der Familie abzuschließen, haben wir gemeinsam zu Mittag gegessen; neue Delikatessen, die Doña Cristina vorbereitet hat; viele mit Zutaten, die aus eigenem Anbau stammen wie dem Brokkoli und natürlich dem Käse. Aber es waren nicht nur die Delikatessen und die wunderbaren Erfahrungen, die unseren Tag so besonders gestaltet haben, sondern die gesamte Form, in der die Familie uns empfangen hat. Wir wurden wie alte Freunde, wie Familie willkommen geheißen. Und auch, wenn ich noch viel mehr dieses unvergesslichen und wunderbaren Tages berichten könnten glaube ich, dass die Fotos – und mein Lachen, dass mich den gesamten Tag begleitet hat und auch heute noch aufleuchtet, wenn ich an den Tag denke – ihre eigene Geschichte erzählen. Und wieder einmal bin ich sehr dankbar für einen Tag voller Freude, Freundschaft und neuen Erfahrungen.

Um Doña Cristina und ihre Familie in ihrer "Villa de Luz" zu besuchen, findet man sie in Guayabo in Turrialba in der Provinz Cartago; 500 Meter oberhalb des "Monuments Guayabo", wenn man Richtung Torito unterwegs ist. 

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